Esta inspiración, es la que admiro. Es la que busco, es la que busco en una persona que me ame, en una persona que me escuche, en un amigo. Quiero amarlos y que me inspiren hasta llegar al cielo, de felicidad y emoción. ¿Porque? Porque solo simples tonos de voz, simple melodía, transporta... a el mundo ideal en el que queremos estar. En una canción. Ese es mi mundo, quiero vivir en una canción. En la que las calles sea el sonido, los matices de esa melodía sean la hierba de mi planeta, que la gente sean las pequeñas diferencias y que si hay letra o no... sea el cielo. Con letra o no, cielo siempre habrá para que estemos todos juntos, vivimos bajo el mismo techo y no es casualidad. Por suerte primer punto en común. Eso es lo que me gusta de , me das el pie y sigo, sigo hasta no parar. Hasta que una persona se asome y vea lo que estoy haciendo, ahí paro porque es anónimo entre yo y vos ( vos y yo, yo) solo yo en eso. Quiero muchas cosas, y quiero una persona entre todo eso. Esta melodía, este nuevo mundo de 4 minutos llamado canción, cambie de cielo y cambio el tema de la obra. Quiero una persona, a la que amar primero, sea el recuerdo que quede en mi mente para siempre. Siempre, y no olvidar nunca, el primer momento, en el que me abrace, la que sea la primera en todo... pero no la ultima. Habrán más, más en mi cama, en mi canción, en la hermosura habrán más en mi comida, en mi mesa. Las luces amarillas de la mañana, son las que me besan, quiero que me beses con la luz amarilla de la mañana y amarte primero, que todos. Eso quiero.
